Los jardines del Castillo de Peralada se abren al público

Fuente:
www.emporda.info

 

Una exposicin instalada en la biblioteca del castillo permite conocer los detalles de los jardines que datan del siglo XIX

 

ACN El Castillo de Peralada, en el Alt Empord, abre por primera vez al pblico los 33.800 metros cuadrados de jardines. Ideados por Franois Duvillers en 1877 por encargo de los hermanos Rocabert, es un ejemplo nico en Catalua, no slo por su antigedad sino tambin porque es uno de los mejor documentados. Una exposicin instalada en la biblioteca del castillo permite al visitante conocer los detalles de esta obra. Entre el material expuesto, destacan los planos originales, el epistolario de la familia o revistas de expertos en materias como la horticultura. El inters por los documentos de sus propietarios ha permitido conocer al detalle las especies plantadas en su momento y qu han perdurado todo este tiempo.

 

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Pasear y contemplar los jardines del Castillo de Peralada, actualmente propiedad de la familia Mateo-Suqu, ser a partir de ahora un placer abierto al pblico general gracias a las visitas guiadas. El jardn, que tiene una extensin de ms de 33.000 metros cuadrados, es el ms antiguo que se conserva en la demarcacin de Girona, con la excepcin del Parque de la Dehesa, que es anterior pero que se concibi originalmente para hacer las paradas militares en la poca napolenica, segn explica el director del Museo del Castillo, Jaime Barrachina.

 

El concepto de jardn en el siglo XIX era muy diferente al actual, ya que era una “cosa rarsima” y “daba una idea del nivel de vida extraordinario de los condes y de su implicacin internacional”, explica el director. Y es que se trataba de un espacio totalmente “exclusivo”, directamente “vinculado a la vida cotidiana de las familias acomodadas”. Sus propietarios eran Antonio de Rocabert, conde de Peralada, y su hermano Toms de Rocabert, conde de Savall, dos solteros muy bien situados que hace unos 140 aos se instalaron en el castillo tras la muerte de su padre.

 

Durante su restauracin, decidieron convertirlo en una especie de ‘chateau’ francs, digno de su linaje, y con un jardn ideado por uno de los diseadores de estos espacios ms reputados del momento y residente en Pars, Franois Duvillers. Su edad avanzada, muri cuatro aos ms tarde de recibir el encargo, impidieron que el diseador viera en persona el castillo pero la comunicacin que mantuvieron fue constante, tal como se ha descubierto en el Archivo del Reino de Mallorca, donde se custodia parte del epistolario. Hasta ahora estos documentos formaban parte de una coleccin privada y no se poda consultar pero desde hace poco ha pasado a manos del gobierno y se ha podido iniciar la investigacin.

 

La bibliotecaria del castillo, Ins Padrosa, se ha encargado de esta investigacin y asegura que apenas esto es “el comienzo”. El inters que los hermanos Rocabert tenan para documentar el proyecto del jardn, ha permitido encontrar piezas totalmente inslitas, como es por ejemplo una factura del encargo hecho a Duviller por un valor de 800 francos del ao 1877. Precisamente, los documentos ms importantes relacionados con el jardn se exponen a partir de hoy en la Biblioteca del Castillo con el nombre de ‘Jardines de Papel’. Entre las piezas que se pueden ver, destaca el plano original de Duviller y la copia impresa, as como algunas revistas y libros de horticultura y jardinera de aquella poca, adquirida por los condes.

 

Un jardn muy variado

 

Originariamente, los jardines hacan 33.800 metros cuadrados con un total de 63 zonas diferenciadas, si bien no todas se ejecutaron, como es el laberinto que nunca se hizo. Entre las peculiaridades del diseo destaca un invernadero dotado de calefaccin, el nico espacio que tena en todo el castillo, o un ingenioso recorrido de minas y canalizaciones de agua que se ha preservado con algunas modificaciones.

 

GGracias a los lbumes de vegetacin que se han conservado, a da de hoy se tiene conocimiento de los rboles y plantas que originariamente se plantaron-hasta 158 variedades de plantas, frutales y rboles ornamentales-y los que hasta ahora se han conservado. Los trabajos de mantenimiento que se estn llevando a cabo incluyen tambin la recuperacin de una parte del jardn, basndose en la documentacin original. Uno de los secretos que an no se ha descubierto es el nombre del jardinero que llev a la prctica el diseo de Duviller.

 

Todas estas peculiaridades hacen que este jardn sea del todo “excepcional” y “nico” en Catalunya, segn Barrachina, que reconoce que se le “aman” como si fuera un “tesoro”.